La tarea de crearse y renovarse y volverse a crear a cada instante. La continua tarea de mirar a ver quién somos y creer que somos alguien. Eso es escribir... un intento de volver a recrearse, un intento de encontrarse...

viernes, 17 de junio de 2011

DE SÍMILES Y ARENA




Yo que miro mis pies
y parecen de arena,
de esa arena amarilla
parecida a los viernes,
a esos viernes de agosto
que parecen ciudades.

Yo los miro pensando
todo el suelo rozado,
todo el tiempo cargado
que han librado y que sueñan,
todo lo que han sentido
y lo que puede faltarles.

Que los pies son de arena
-ya lo sabes de sobra-
cada vez que atraviesas
un sendero, una muerte,
o una noche dispuesta
a seguirte los pasos.

Y no habrá en otra parte
una idéntica ruta.

Nunca dos han vivido
por el mismo camino.

Siempre habrá quien le invente
nuevos nortes al viento...

sábado, 21 de mayo de 2011

DEVOCIÓN DE LUJURIA Y PIES DESCALZOS


Esa noche fue toda de la selva
-madera entrecortada de deseo-
que ampliaba dibujando sobre el suelo
la vertical sentencia de las tablas.

Y llegaste febril hasta mi espalda
a invitarme a la fiesta de tu boca:
como una dulce copa fue tu cuerpo,
como una adolescencia fue tu ropa…

Y caíste cristal entre las hojas,
jugando casi al borde del milagro:
devoción de lujuria y pies descalzos
conversión de la selva hasta el incendio.

Esa noche fue toda Dios naciendo,
antiguo rito osado de la piel,
y sigo fiel anclándome al misterio
al prodigio misterio de tu ser…

martes, 8 de febrero de 2011

domingo, 6 de febrero de 2011

Me traicionas tarde adentro.

Y recibo las migajas
de tu sed que no me espera…
Me devuelvo a la mañana:
a esa llaga de verano
que ha prohibido las orquídeas
en la sala de mi cuerpo.

Y me embriago con tu olvido
con la sal que hay de tu nombre.

Y me muero sin tu muerte,
casi azar de alguna tarde…

Agosto, 2010

lunes, 3 de enero de 2011

Necesito matarte esta mañana.
Porque temo caer a medianoche
en tu lento desorden de caricias,
porque ya son las seis y no he logrado
fusilar tu recuerdo transparente.
Y regresan las horas a tu cuerpo,
y otra vez eres punto de partida…

Necesito matarte tiernamente
y saber que te embriagas de otros besos,
y que otra noche forja enredaderas
en la furiosa sed de tus rodillas.

Necesito que vuelvas a matarme.
Con otro azul pretexto que me venza,
o con cualquier incendio que me pidas…


Carolina Ángeles
(6 /Julio/2010)