Necesito matarte esta mañana.
Porque temo caer a medianoche
en tu lento desorden de caricias,
porque ya son las seis y no he logrado
fusilar tu recuerdo transparente.
Y regresan las horas a tu cuerpo,
y otra vez eres punto de partida…
Necesito matarte tiernamente
y saber que te embriagas de otros besos,
y que otra noche forja enredaderas
en la furiosa sed de tus rodillas.
Necesito que vuelvas a matarme.
Con otro azul pretexto que me venza,
o con cualquier incendio que me pidas…
Carolina Ángeles
(6 /Julio/2010)