CALLAR LA MUERTE
Yo te exijo que calles esta muerte
porque cantarla cuesta media vida,
porque la noche danza ya perpetua
y me sangra en la sangre su agonía.
Que este tiempo buscándome las manos
lo gastaste hace tiempo, muy vencido.
Y yo exijo que nunca más intentes
inventar la distancia irrepetible,
o acudir a los besos, como a un prado,
y sentarte a ver todo en tus rodillas…
¡Que no quiero mirarte! ¡Que no quiero!
Ya en mis manos no caben más heridas,
y la tierra desnuda, es la que aguarda
esperando el adiós, que no termina.
Y si el tren pasa pronto, ¡pronto vete!
Antes que exija amarte en otra vida…
"Y si el tren pasa pronto, ¡pronto vete!"
ResponderEliminarUn éxito, Carolina, definitivamente leerte da la impresión de estar oliendo una flor elísea arrancada con la mano desnuda. Es una poesía tan nívea e irreverente a la vez, tan llena de vos...
¡Felicidades!